sábado, 25 de febrero de 2012

TÉCNICA DE LOS 6 SOMBREROS

El método es simple. Hay seis sombreros imaginarios, cada uno de un color diferente. En qualquier momento un pensador puede escoger ponerse uno de los sombreros o se le puede pedir que se lo quite. Todas las personas de la reunión pueden usar un sombreros de un color concreto durante un tiempo en un momento determinado. Los sombreros involucran a los participantes en una especie de juego de rol mental.
Una mirada objetiva a los datos y a la información. "Los hechos son los hechos".Legitimiza los sentimientos, presentimientos y la intuición, sin necessidad de justificarse.


Significa la crítica, lógica negativa, juicio y prudencia. El porqué algo puede ir mal.Simboliza el optimismo, lógica postiva, factibilidad y beneficios.

La oportunidad para expresar nuevos conceptos, ideas, possibilidades, percepciones y usar el pensamiento creativo.Control y gestión del proceso del pensamiento.

El método puede parecer extremadamente simple e incluso infantil - pero funciona. He aquí algunos beneficios del método:
  • Es fácil de aprender y utilitzar y tiene un atractivo inmediato. La visualización de los sombreros y de los colores ayuda a ello.
  • Da tiempo disponible para el esfuerzo creativo deliberado. Tu puedes pedir "tres minutos de pensamiento de sombrero verde".
  • Permite la expresión legítima de sentimientos e intuiciones en una reunión - sin justificaciones ni disculpas. "Esto es lo que siento".
  • Proporciona una manera simple y directa de conmutar el pensamiento sin ofender. "Qué tal un poco de pensamiento de sombrero amarillo sobre este punto?"
  • Requiere que todos los pensadores sean capaces de utilizar cada uno de los sombreros en vez de quedarse cerrados en sólo un tipo de pensamiento.
  • Separa el ego del rendimiento en el pensar. Libera las mentes capaces para poder examinar un tema más completamente.
  • Proporciona un método práctico de pensar para utilizar diferentes aspectos del pensamiento en la mejor secuencia posible.
  • Se escapa de los argumentos en pro y en contra y permite a los participantes colaborar en una exploración constructiva.
  • Hace las reuniones mucho más productivas.
Los sombreros son más efectivos usados a ratos - utilitzando un sombrero en cada momento para obtener un determinado tipo de pensamiento. Cuando es necesario explorar un tema completamente y de manera efectiva, se puede crear una secuencia de sombreros y después usarlos cada uno por turnos: "Sugiero que empezemos con el blanco y después canviemos al verde y ..." El sombrero azul se utiliza para componer estas secuencias, para comentar sobre el tipo de pensamiento que se está produciendo, para resumir lo que se ha pensado y llegar a conclusiones.
Los Seis Sombreros se pueden usar individualmente, en reuniones, para escribir informes y en numerosas circunstancias.

«Un niño sordo tiene su propio mundo y percibe de otra manera»

«Un niño sordo tiene su propio mundo y percibe de otra manera»

Sara Crespo (Santander, 1978) padece el síndrome de Usher, un trastorno genético que lleva asociada a la sordera una pérdida gradual de la vista. Su lengua natural es la de los signos, pero también se explica estupendamente en lenguaje hablado con una voz que derrocha vitalidad. Ha pasado los tres últimos años en la India como cooperante en las escuelas de la Fundación Vicente Ferrer, enseñando a los niños sordos de Anantapur a comunicarse y a formarse. De regreso a España - ahora en Galicia- se dedica a difundir la labor de la FVF con las personas discapacitadas.
-¿Cómo sintió la llamada de la India?
-Yo estudié Educación Infantil en la Universidad de Santander y después me fui a Madrid como asesora sorda en escuelas y a dar clases de lengua de los signos a adultos. Pero mi ilusión era trabajar en países en vías de desarrollo. Hice tres viajes a La India y me fascinó. Descubrí la pobreza y su realidad más profunda. El primer viaje fue para colaborar con las Hermanas de la Caridad de Teresa de Calcuta. El segundo fue de aventura en plan mochilera. Y ya en el 2007 envié mi currículo a la Fundación Vicente Ferrer y me fui directa a Anantapur.
-¿Sabía todo lo que se iba a encontrar allí?
-Descubrí a Vicente Ferrer en una entrevista que le hicieron en televisión y me quedé prendada. Me informé de sus proyectos y apadriné a un niño. Pero no imaginaba la labor que estaban desarrollando con las personas sordas y con otras discapacidades.
-¿En que consistió su trabajo?
- El primer año estuve como voluntaria colaborando en la elaboración del diccionario de la lengua de signos en telegu, el idioma local. Y después me ofrecieron quedarme como cooperante enseñando a los niños sordos en las escuelas de la fundación.
-¿Cuántos niños sordos tienen escolarizados?
-Casi seiscientos, repartidos en cuatro escuelas de primaria y una secundaria, esta última con unos 300 alumnos.
-¿Es más fácil enseñarles si el profesor es sordo?
-Cuando yo llegué, la lengua de signos ya estaba implantada, pero los profesores eran oyentes y tenían dificultades para hacerles entender ciertos contenidos. La mente de un niño sordo no es igual que la de un oyente; tiene su propio mundo y percibe de otra manera. Hay que adaptarse a ellos y con la identificación ayudé a mejorar la metodología que usaban. El objetivo es llegar a tener un profesor sordo nativo en cada centro.
-¿La discapacidad allí será una discriminación añadida?
-Las personas con discapacidad están muy marginadas y en Anantapur, en las castas más bajas de los dalits, son doblemente discriminadas. Nuestra labor es fortalecerlas como personas para enfrentarse a la marginación desde la seguridad y la autoestima. Ahora desean trabajos en los que antes ni pensaban. Eso ya es mucho.
-¿Después de la escuela, qué futuro les espera?
- El siguiente paso es formarles para la inserción laboral. Pero a veces el entorno familiar no es favorable y cuando acaban en la escuela los padres quieren que vuelvan a casa para trabajar en el campo.
-La Confederación Española de Personas Sordas ha reconocido su trabajo.
- Me hizo mucha ilusión. Mi trabajo es también sensibilizar a los oyentes y recomendar a todo el mundo que aprenda la lengua de los signos. Es preciosa.
Sara Crespo Borrego Cooperante de la Fundación Vicente ferrer en la India
«La Fundación Vicente Ferrer tiene 600
niños sordos escolarizados»